Otro aspecto que transformará radicalmente la experiencia al volante de los coches que vienen es la auto-conducción o conducción autónoma. Los sistemas de asistencia automática en aparcamiento o en situaciones de tráfico denso son ya una realidad en muchos vehículos existentes en el mercado y están considerados como la antesala de lo que serán los vehículos inteligentes autónomos.

Aunque queda bastante camino por recorrer, esta tecnología ya fue testada con éxito por algunos fabricantes de automóviles como Toyota o Audi, junto con la tecnología digital de navegación inteligente de Google, basada en sistemas de geolocalización a través de mapas cartográficos digitales. De la misma forma, fabricantes como Mercedes y Nissan se han apuntado a esta carrera por la tecnología de conducción autónoma, anunciando la fabricación de sendos modelos autopilotados para 2020, mientras otros como la multinacional especializada en modelos eléctricos Tesla, adelanta el lanzamiento de su propio modelo autopilotado para el 2017. No obstante, parece que el perfil del coche del 2050 también camina hacia modelos de corte más futurista como el prototipo de vehículo unipersonal de alta eficiencia GM EN-V o los vehículos autónomos de transporte colectivo de
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